Los ángeles y la magia negra
La mención de los ángeles en múltiples ocasiones dentro de nuestra literatura religiosa responde a un enfoque que podría resumirse, hasta cierto punto en el hecho de que D´os creó todo un ejército de ejecutores de la Voluntad Divina. Para eso fueron creados y esa fue su función.
Cada cosa creada, cada pueblo, las personas, las montañas, los ríos, las piedras…todo lo que forma parte de la Creación está representado por un ángel. De hecho, el Pueblo Judío está representado por Mijael. recordemos que en Minjá rezamos: “Mijael Ser Israel…” y así como Israel, todos los pueblos “Tienen su ángel”.
Pero no sólo los pueblos y las personas, también los componentes de la naturaleza. Y partiendo de este punto tenemos la posibilidad de entender muchos midrashim. Como aquel que relata cuando D´os iba a entregar la Torá los montes “discutieron” a quien “le tocaba” ese privilegio: “yo soy el más grande”, “Yo soy el más alto” “Yo soy el más hermoso”… pero D´os decidió entregar la Torá en el Monte Sinaí por ser el más “humilde”. En realidad, los montes no hablan ni tienen vida, pero los ángeles son quienes los representan: uno la belleza, otro la valentía, y el Monte Sinaí (más bien, su ángel) representó la humildad.
Infinidad de midrashim relatan de esta forma, sus enseñanzas y entendiendo que no son las cosas por sí solas las que actúan”, sino los ángeles. Solo así entendemos el sentido profundo de las grandes lecciones que podemos aprender a través de estos textos.
Sin embargo, los ángeles creados al servicio del Creador no poseen el libre albedrío. Y es justamente por esta cualidad que el ser humano puede superar al ángel y colocarse en una jerarquía más alta.
El hombre, de hecho, fue creado justo entre el animal y el ángel, de tal suerte que el humano, a través de su libre albedrío puede llegar a degradarse tanto, que, en la jerarquía universal, puede hasta quedar inferior al animal. Pero de igual forma, a través de sus méritos, puede llegar a ubicarse incluso, por encima de los ángeles.
El ser humano tiene la posibilidad de “dominar” a los ángeles en todo sentido, de manipularlos y de usarlos a través de la Cabalá Práctica. Recordemos que “manipular” la Creación se le conoce como Magia Negra. Esa información se encuentra en el libro de Raziel Hamalaj, el Ángel de los Secretos y en la Zefirá. Sin embargo, eso está prohibido.
Con dicho conocimiento el hombre puede poner a su servicio a los ángeles, pero como los ángeles no fueron creados para eso, sino para servir a D´os, en cualquier momento de descuido o de debilidad, el ángel escapa de las manos de su “nuevo” dueño y se venga.
Solamente en situaciones muy muy especiales es válido hacerlo, como cuando el Maharal de Praga. La comunidad completa estaba en peligro de desaparecer pues era duramente atacada. Entonces los rabinos, con previo permiso de D´os, y con ayuda de los ángeles, crearon el Golem, un ser creado de tierra, para proteger a toda la comunidad.
Como se ve claramente, la intención no era individual, ni egoísta. Son muy pocos, contados más bien, los casos en los que como éste los ángeles son invoca- dos para un fin en particular.
Es prohibido y peligroso buscar el contacto con los ángeles, ni para “hacernos” ni para “decirnos” nada; eso sería egoísmo. Los ángeles son “‘soldados de D´os” y no están para servirnos nosotros…en ningún sentido. Buscarlos o contactarlos para involucrarlos en nuestra vida, o en la de otros, es un “juego” que invariablemente termina mal.
¿Cuando Yaacov se encuentra con el ángel, le pregunta su nombre y le responde “para qué quieres saber mi nombre?”.
Los ángeles cumplen su misión…. y nosotros la nuestra. El Orden Divino así lo estableció.