¿Se puede predecir el futuro?

A veces llegan correos o mensajes por Whatsapp, haciendo llamados a realizar rezos o acciones para evitar catástrofes, supuestamente predichas; o premoniciones sobre la presuntamente inminente llegada del Mashiaj… entre otras cosas extrañas. ¿Se debe hacer caso a esto?

En la época de los nebiim (profetas), éstos estaban calificados por D’os para transmitir directamente Su mensaje. Ellos tenían la facultad para vaticinar eventos que habrían de suceder, como fue, por ejemplo, la destrucción del Templo. Sin embargo, desde que cesó la actividad y época profética, ya nadie está calificado para predecir el futuro, y quien así lo hiciese sería un farsante. (Obviamente, no me refiero a pronósticos de tipo científico, meteorológico, etc., los cuales están basados en la ley natural.)

Más deplorable es el hecho de que se utilicen estas pseudo “profecías” para incitar al miedo o a la psicosis colectiva.

Ante algunos llamados a participar en cadenas de tehilim, siempre es bueno hacerlo y realizar actos de bondad, pero nunca respondiendo a esos llamados por las razones “catastróficas” antes mencionadas. Tampoco haciendo caso a quien asegure que en equis fecha precisa “va a llegar el Mashiaj”.

Hubo un suceso del famoso rabino apodado el Jafetz Jaim, quien era el líder espiritual más importante del mundo judío en el siglo XIX. Cuentan que llegó a su pueblo un autoproclamado cabalista, quien empezó a correr la voz, asegurando que ese año iba a llegar el Mashiaj. Este señor fundamentaba sus predicciones en ciertos cálculos numéricos místicos. Cuando el Jafetz Jaim se enteró de esto, convocó a toda la comunidad para hacer un pronunciamiento importante. Ante la gran sorpresa de la multitud, el rabino declaró que él aseguraba lo contrario: que ese año no llegaría el Mashiaj. Sus alumnos más allegados lo cuestionaron: ¿en qué se basaba el rabino para asegurar algo así, si el Talmud dice que el Mashiaj puede llegar en cualquier momento y sin previo aviso? El sabio respondió: “Tienen razón, y no tengo el menor fundamento para asegurar que el Mashiaj no llegará este año, puesto que efectivamente puede suceder. Pero, ante los rumores infundados propagados por aquel charlatán, prefiero yo quedar como mentiroso en el caso en que llegase este año, y no dejar que la gente se decepcione y pierda la fe si el Mashiaj no llega este año”.

En ocasiones vemos también a ciertos personajes que afirman, predicen o aseguran que determinadas cosas ocurrirán –como el inminente nacimiento de un hijo o una buena suerte en los negocios, o la cura de alguna enfermedad–, muchas veces esperando recibir algo a cambio. Esto es absolutamente reprobable, ya que ningún ser humano posee el control del destino que D’os nos asigna. De hecho, en la realidad, hemos visto a quienes se aprovechan de la desesperación de la gente para obtener un beneficio. Los hemos visto prometiendo que un enfermo se curaría si se hace equis donativo; tristemente, después de recibir dicha aportación, no siempre el enfermo se cura. Y es que obviamente, esa persona no es D’os ni tiene el control sobre la vida y la muerte.

Cabe aclarar que, con lo antes dicho, no significa que no sea válido pedir la bendición de un auténtico rabino, e incluso dando una tzedaká a una causa legítima. Y el rabino puede desear y hacer votos para que esa bendición se cumpla, pero no puede asegurar ni predecir que así sucederá de forma absoluta.

El fundamento del acto de pedir una bendición a un rabino de alto nivel espiritual es por el hecho que está escrito “tzadik gozer vehakadosh baruj hu mekayem“(“cuando la persona justa decreta algo, D’os se lo cumple”). La razón de esta regla es porque hay otra que indica que D’os “paga con la misma moneda”. Es decir, si el justo cumple lo que D’os decreta, entonces D’os corresponde cumpliendo lo que él o ella decreta. Y de nuevo, esto no es absoluto, ni aplica en cualquier tzadik, ni en todos los casos. Hay ocasiones en que el Todopoderoso sabe por qué tienen que suceder las cosas, aún ante las peticiones de grandes tzadikim, por lo que nadie podría asegurar nada.

En conclusión, apliquemos la indicación que nos da la Torá, que dice “tamim tihyé ‘im Hashem Elokeja” (“íntegro serás con D’os”). El Talmud lo explica de la siguiente manera: que la persona debe encomendarse a D’os y no andar indagando el futuro con supuestas predicciones, lecturas de café, consultas de Tarot, adivinos, horóscopos, etc. Y menos, sugestionarse con esas cosas, pues realmente, nuestro destino va cambiando acorde a nuestros actos.

 

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