Obligaciones y costumbres de Pésaj

Se acerca Pésaj… qué cosa es obligación religiosa, y qué cosa es simplemente costumbre.

En efecto, Pésaj es una festividad llena de tradiciones y costumbres, mismas que pueden variar de una comunidad a otra, y hasta de una familia a otra. Pero es importante distinguir entre éstas y lo que verdaderamente es una obligación religiosa. Podemos mencionar las siguientes categorías:

DIN: Algo que está estipulado por la halajá (ley judía) y, como tal, es obligatorio. Emana directamente de preceptos de la Torá o por nuestros rabinos.

MINHAG: Práctica fundamentada y avalada por grandes autoridades rabínicas. Conociendo la razón por la cual fue establecida, como tal se debe de cumplir, aunque no tenga totalmente el peso de un din.

JUMRÁ: Es un estándar más estricto en la aplicación de la halajá, cuando existen dudas u opiniones divergentes, aunque, según el din, algo esté permitido.

COSTUMBRE: Hábitos que comparten los miembros de una sociedad y que muchas veces provienen de su lugar de origen y se han trasmitido de generación en generación. No es obligatorio cumplirla.

FALACIA: Costumbre malentendida, sin origen o fundamento histórico, filosófico o religioso, muchas veces de origen supersticioso.

 

Ahora bien, abordemos algunas de las prácticas de Pésaj:

 

Limpiar el jametz de toda la casa y hacer Bedikat Jametz para que no queden rastros de él.

ES UN DIN. La Torá lo menciona claramente: “desaparecerás el jametz de toda tu propiedad”. Acerca de la limpieza de la casa, es necesario hacerla solamente en los lugares en los que podría haber llegado el jametz por cualquier medio. Lugares como ventanas, techos o closets de ropa, a los que el jametz no haya podido llegar, no es necesario limpiar.

 

Sacar el jametz de la casa o venderlo.

ES UN DIN. Como ya lo mencionamos, el jametz no puede permanecer en nuestra propiedad durante los ocho días de Pésaj, ni aunque esté encerrado bajo llave. Siendo nosotros los dueños de ese jametz, es necesario venderlo para que ya no nos pertenezca. Para esto, se debe recurrir a uno de los rabinos de la Comunidad, y ellos se encargarán de formular una lista y venderlo a un gentil.

 

Hacer vino kasher para Pésaj.

ES UNA COSTUMBRE. Anteriormente los vinos kasher, preparados con procedimiento industrial no eran tan accesibles como hoy, por lo que se acostumbraba que cada quien hiciera su propio vino.

 

Cambiar o hacer hagalá de vajilla, ollas y trastes para Pésaj.

ES UN DIN. Durante Pésaj no se debe cocinar en las mismas ollas en las que se cocinó jametz, por lo que hacerles hagalá. Para ello utilizamos la regla que establecen los jajamim: “cualquier utensilio, de la misma forma que absorbe una sustancia, así la desprende.” Un utensilio con el que cocinamos con agua caliente como una olla, se le hará hagalá con agua caliente. Lo que se usa directo al fuego (como una parrilla) se le hará hagalá directamente al fuego. Con la hagalá que se realiza a altas temperaturas, el utensilio logra desprender lo absorbido y queda limpio de todo jametz.

No hay necesidad de hacer hagalá a los utensilios de vidrio, ya que este material no absorbe sustancias. Los utensilios que sólo se usan con alimentos fríos, sin cocinar, se pueden usar en Pésaj con sólo lavarlos bien, porque con alimentos fríos no hay absorción. De igual manera, se puede utilizar en Pésaj todo aquello del cual se tiene la certeza que nunca se utilizó para jametz.

Las vajillas de porcelana, cerámica y barro, se deben cambiar para Pésaj, ya que a estos materiales no se les puede hacer hagalá. El reglamento de la hagalá es extenso y tiene muchos detalles. Se recomienda consultar a una autoridad rabínica para saber cómo llevarla a cabo adecuadamente.

 

Realizar dos noches de Séder.

ES UN DIN PARA LA DIÁSPORA. En la antigüedad se calculaban las fechas de las festividades según la observación ocular del nacimiento de la luna. Como podía existir un margen de error, se agregó un día más en algunas festividades, y esto sigue aplicándose hasta hoy. En Israel se realiza un solo Séder.

 

Realizar un Séder con la familia paterna y uno con la familia materna.

ES UNA COSTUMBRE. Aunque no exista ningún reglamento que lo estipule, hay quienes lo acostumbran porque Pésaj es una fiesta familiar, y así se honra y respeta a ambas familias.

 

Leer la Hagadá completa durante el Séder y comer los alimentos indicados.

ES UN DIN. Como recién mencionamos, el propósito básico de la celebración de Pésaj es “Narrarás a tus hijos”, lo cual se lleva a cabo con la lectura de la Hagadá. Para vivenciar este relato y que quede grabado en nuestra memoria, la Torá nos indica que comamos los alimentos señalados en ese orden.

 

Que la mujer soltera de la familia debe “llevarse la charola” para que se case ese año.

ES UNA FALACIA. Sin embargo, la costumbre de retirar la charola de la mesa al comienzo de la Hagadá, se hace con el propósito de estimular a los pequeños para que pregunten: ¿qué está sucediendo esta noche? De esa manera se logra el objetivo del Séder que es: “Narrarás a tus hijos”.

 

 

Reclinarse hacia el lado izquierdo al comer la matzá y beber el vino.

ES UN DIN.  En la antigüedad, los reyes y aristócratas comían reclinados en sillones, como signo de supremacía y opulencia. Por lo tanto, y porque nos proponemos experimentar la liberación de Egipto, nos reclinamos para demostrar que ya no somos esclavos sino seres libres.

 

Beber cuatro copas de vino durante el Séder.

ES UN DIN. Las cuatro copas simbolizan –entre otras cosas- las cuatro expresiones que D’os utilizó al prometerle al Pueblo Judío su liberación del yugo egipcio: “Los sacaré, los salvaré, los tomaré y los redimiré.”

 

Poner una copa de vino para Eliahu Hanabí.

ES UN MINHAG. Esta costumbre se basa en el hecho de que, además de las cuatro expresiones de liberación, existe una quinta expresión. Sin embargo, en el Talmud se discute si se considera como tal o no y, como no se llega a una conclusión, se decidió beber cuatro copas y la quinta que está en duda se coloca en la mesa sin beberla, simbolizando que, cuando llegue Eliahu Hanabí, en vísperas de la llegada del Mashiaj, será el único capaz de dar la respuesta correcta.

 

No consumir en un restaurante ni siquiera alimentos permitidos durante Pésaj, como un plato de frutas, por ejemplo.

ES UNA JUMRÁ. Según el din, sí se puede comer en lugares públicos alimentos fríos que estén permitidos, siempre y cuando el plato esté totalmente limpio y no tenga ningún residuo de jametz. Al usarse en frío, el plato no puede desprender jametz. Sin embargo muchos prefieren no comer en restaurantes para evitar cualquier riesgo de ingerir jametz.

 

No consumir ningún tipo de alimento que se infla o se fermenta.

ES UNA COSTUMBRE PARA ALGUNOS ASHKENAZIM. La Torá prohíbe comer en Pésaj trigo, cebada, centeno, avena, espelta, en estado de fermentación, y la levadura. Fuera de ello, cualquier otro alimento, aunque se fermente, como sucede con algunos granos, no se convierte en jametz.

La costumbre ashkenazí de no comer arroz, por ejemplo, se basa en que, antiguamente, era común que se pudieran encontrar, mezclados en los granos, alguno de los cereales prohibidos, y, al cocinarlos, se inflaban ambos. Así, todo se volvía jametz. Los sefaradim no tenemos esa costumbre, así que sí se pueden comer todo tipo de granos.

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