Janucat Habait: ¿Cuál es el significado de este ritual? ¿Es obligatorio realizarlo? ¿En qué consiste? ¿Y hasta cuándo puedo hacerlo?
El Janucat Habait se basa en organizar una reunión en la casa que se está estrenando, en la que se lee un texto preestablecido para esa ocasión, y se recita una bendición para el nuevo hogar. Así como cuando D’os creó el mundo, hizo un “descanso”, bendijo al séptimo día y lo santificó para marcar el final de la Creación, nosotros también, al culminar la construcción o la compra de una nueva casa, conmemoramos la ocasión mediante una santificación cuando comenzamos a habitarla. Ésa es la raíz que nuestros sabios han señalado para el Janucat Habait.
Cabe mencionar que esta ceremonia, aunque tiene un sentido muy positivo, no es obligatoria. Más que nada se trata de comenzar con algo espiritual para dotar a esa nueva casa de una energía espiritual, ya que así como se requieren cimientos sólidos para construir una casa o un edificio, de igual manera se deben fijar cimientos espirituales para construir un hogar con valores.
Ahora, este concepto de consagrar el espacio lo encontramos en la santidad que tiene el lugar donde estaba construido el Beit Hamikdash, y en particular el Kodesh Ha Kodashim, el sitio más sagrado del templo. El origen de éste se remonta, a su vez, a la época de Abraham, cuando estuvo a punto de sacrificar a su hijo en honor al Creador en el monte Moriá. Posteriormente, en ese mismo sitio, Yaakov se acostó a dormir y recibió el famoso sueño profético en el que el mismo D’os se le apareció para bendecirlo. Este lugar se convertiría más tarde en el sitio elegido por el Todopoderoso para que se construyera ahí el Beit Hamikdash, ya que fue santificado por todos esos sucesos previos. Así que, como podemos constatar, las acciones que uno realiza dejan huella en el espacio en el que se llevan a cabo, y ésa es la finalidad de celebrar la entrada a un nuevo hogar con un Janucat Habait. El estudiar y pronunciar algunos pasajes sagrados de la Torá (muchos de ellos escritos en el Zohar), confiere a ese espacio de una energía espiritual positiva.
Tomando en cuenta lo anterior, lo mejor es realizar esta ceremonia lo antes posible para que se considere que se está comenzando a vivir en esa casa con esta práctica. Sin embargo, si no se pudo hacerlo al comienzo, se podrá realizar durante el primer año, y en última instancia, cuando se pueda.
Ahora explicaré otros puntos significativos sobre el tema. Debemos saber que la colocación de las mezuzot y la celebración del Janucat Habait son dos temas independientes, y no necesariamente deben realizarse el mismo día.
Otro punto importante para abordar sobre el tema es el degüello de animales, ritual que, si bien no está prohibido en sí, puede llegar a ser problemático. Primero que nada, debemos saber que este acto en la inauguración de una casa carece de fundamento religioso alguno. En segundo lugar, si uno erróneamente creyese que al hacerlo está ofreciendo un sacrificio a su Creador en honor a la ocasión, estaría violando un precepto de la Torá al ofrecer sacrificios fuera del Templo sagrado. Por ello, lo mejor es evitar esta práctica.
Quiero aprovechar para aclarar que, contrario a lo que algunos creen, no hay ninguna restricción para cambiarse de casa en los días del Ómer, ni para la celebración del Janucat Habait. Éstos no son “días de mala suerte”, como popularmente se cree. Solo que si se hace el Janucat Habait en esos días, no se debe poner música, por respeto a la muerte de los alumnos de Rabí Akibá.
Por último, respondiendo a una interrogante ampliamente formulada por mucha gente, diremos que no existen “días mejores que otros” para cambiarse de casa, así que la elección para hacerlo debe tener como objetivo, simplemente, cuándo sea más cómodo y práctico. En todo caso simbólicamente, el día martes podría tener cierta preferencia, debido a que cuando D’os creó el mundo, en el día martes Él mencionó dos veces la frase “que fue bueno”; fuera de este dato, realmente no se le debe dar especial importancia al tema del día.