En Shabat tenemos la obligación de descansar y evitar el trabajo. ¿Podemos pedir a otros (quienes no tienen esa obligación), que hagan trabajos por nosotros?

Éste es un tema muy complejo, y de hecho en el Tratado de Shabat del Talmud se ha vertido mucha tinta en los numerosos detalles implícitos en esta pregunta. No pretendo, en este breve espacio, abordar todos los detalles, pues para eso se debe recurrir a las fuentes para estudiarlos. Pero sí podemos dar una visión del sentido que hay detrás de estas normas.

Por regla general, fue establecido que lo que no podemos hacer en Shabat, no le podemos pedir a otros que lo hagan por nosotros. Sin embargo, hay ciertas situaciones en que esto no aplica.

Por ejemplo: si yo solicito a un tercero que realice un trabajo que no se puede hacer en Shabat, pero no le especifico a esta persona que dicho trabajo deba ser necesariamente realizado en Shabat, y si ésta tiene tiempo para hacerlo en cualquier otro momento. En este caso, si esta el tercero decide hacer el trabajo en Shabat, yo puedo disfrutar el fruto de ese trabajo, porque ésa fue una decisión suya, por su propia conveniencia.

Lo mismo cuando encargo un trabajo, y el pago es por el proyecto en su conjunto, no por días trabajados. También en ese caso se permite, aunque trabajen en Shabat. De nuevo, la razón es porque quien trabajó en Shabat lo hizo por su propio interés, no porque yo se lo haya solicitado. Si en cambio, se paga por día, y eso incluye el trabajo en Shabat, ahí sí está prohibido para mí sacar beneficio de esa labor.

Y así, hay muchos casos y situaciones. Pero la idea que hay detrás de todo esto es que quién no tiene la obligación de cuidar Shabat, puede desde luego hacer lo que quiera en Shabat, y yo puedo disfrutar del fruto de ese trabajo, siempre y cuando lo haga por su iniciativa, para él o ella, o para su conveniencia. No puedo poner a esa persona a trabajar en Shabat, específicamente, para mí, porque entonces dicha persona se vuelve como una extensión mía, por decirlo así.

Éstas son protecciones que establecieron los jajamim calificados de la época del Talmud, para mantener la esencia y el ambiente del Shabat. De lo contrario, podría una persona cuidar todas las reglas de Shabat en su parte formal, pero no en lo sustancial. Si en el negocio y en la casa se realizan todas las actividades normales, como si fuera cualquier día de la semana, se estaría perdiendo la esencia del Shabat.

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