¿Cuál cree que sea el conocimiento más importante que se necesita para ser un buen guía religioso y espiritual?

Para contestar tu pregunta te voy a contar una historia.

Un hombre que estudiaba la carrera de Rabino le preguntó alguna vez a su maestro:

“Rabí, he estudiado mucho para llevar a cabo mi papel de forma correcta, pero me doy cuenta que no se puede ser experto en todos los temas, son demasiados. Dígame, de los 4 tomos del Shuljan Aruj, ¿cuál es el que recomienda estudiar más a fondo para especializarme como Rabino?”

  1. “Oraj Jaim” (אורח חיים): ciclo de vida, oraciones y festividades.
  2. “Yoré Deá” (יורה דעה): kashrut y luto, entre otros.
  3. “Eben Haezer” (אבן העזר): relaciones entre el hombre y la mujer.
  4. “Joshen Mishpat” (חושן משפט): derecho público, penal y privado.

Respondió el Rab: “El más importante de los 4 tomos es el quinto tomo”.

El alumno se sorprendió de su respuesta: “¿No dijo que eran 4?”.

Y el Rabino, con mirada dulce le explicó: “Ese quinto tomo es el del Criterio y el Sentido común para saber utilizar esos 4 tomos”.

Cuando uno dirige una Comunidad está tratando con seres humanos e historias particulares. Lo más importante es usar la razón y el sentido común para tratar todos los casos con sensibilidad. Es imprescindible resolver cada situación considerando todo el panorama y mirando las particularidades de cada persona y su contexto.

Yo he tratado de especializarme en ese quinto tomo, utilizando mi criterio según cada caso, siempre apegado a la Halajá, sin olvidar que mi papel es dirigir y acompañar a la gente que pone su confianza en mí.

 

¿Cuál es su línea religiosa? ¿ultraortodoxo, liberal, modern orthodox, Jabad…?

No me gusta encasillarme en ningún grupo porque eso significaría tomar todo el “paquete” de algún movimiento con sus pros y contras y esa no es mi visión. Tomo lo que estimo correcto de cada grupo y no tomo lo que no me convence.

Me considero una persona que ante todo usa la razón y el criterio; busco siempre el fundamento, la sustancia y el argumento de las cosas.

Soy de línea 100% ortodoxa, siempre en la búsqueda de la verdad para aplicar lo que realmente es, sin exagerar para un lado ni para el otro.

Como siempre lo he dicho: “Agregar es reformismo y quitar es reformismo”. Trato de buscar el equilibrio; basado en lo que la Torá nos pide.

 

¿Cuál es su opinión acerca del Estado de Israel?

Considero que es sumamente importante nuestra conexión con Israel, tanto en la parte religiosa como de nuestra identidad. El destino y el sentido de nuestro pueblo están íntimamente ligados a nuestra Tierra.

De hecho hay preceptos que solo podemos llevarlos a cabo en Eretz Israel, como está escrito: “Ki tabó el Haaretz…” “Cuando lleguen a la Tierra…”. 

Najmánides incluso afirma que todos los preceptos de la Torá tienen como objetivo ser un entrenamiento para cuando lleguemos a la Tierra de Israel.

En las tefilot también lo mencionamos y lo reiteramos varias veces, como parte central de nuestra visión y objetivo como pueblo judío: “Vetejezena enenu beshubeja lezion…” “Que vean nuestros ojos el regreso a Zion…”.

En mi opinión, no reconocer al Estado de Israel es negar uno de los pilares más básicos del judaísmo, un lazo absoluto de nuestro pueblo con la Tierra Prometida.

Por otra parte, después de 2000 años de persecuciones, creo que ha sido lo mejor que nos ha sucedido. Fuimos un pueblo errante y hoy tenemos nuestro lugar, una Tierra donde podemos ser judíos abiertamente, un refugio que además genera respeto del mundo hacia el pueblo judío.

 

¿Hay algún personaje histórico religioso con el que se identifique?

Podría decir que con el Rambam. Fue un hombre muy estricto con la Halajá y al mismo tiempo sumamente abierto. Él consideraba la ciencia como algo central para comprender a Dios.

Admiro su racionalidad, su filosofía, el uso que tiene de la lógica y el rechazo a todo tipo de supersticiones. Lo considero un modelo que, sin duda, ha marcado mi camino espiritual y mi lineamiento a seguir como Rabino Principal de una Comunidad.

 

¿Y contemporáneo?

De nuestra época elegiría a Jajam Obadía Yosef, considero que tuvo un conocimiento muy extenso y profundo y su visión fue muy amplia, asimismo su apertura e inclusión como valores esenciales en un líder religioso. He intentado seguir ese camino en mi papel como Rabino y como persona.

 

¿Qué es lo que más disfruta de su trabajo?

Cuando logro dar paz y tranquilidad a la gente. Por ejemplo, cuando acompaño a los deudos y veo que mis palabras y mi compañía les dan serenidad. Me gusta sentir que aporto cierta calma en momentos de tristeza.

Por otro lado, cuando noto que los jóvenes que estudian se convencen por argumentos y no por imposición. Me encanta verlos comprometidos con el conocimiento que adquieren, porque lo integran y lo asimilan como parte de ellos y van desarrollando amor a la Torá por convicción. Se superan personal y espiritualmente, ¡es muy inspirador!

¿Cuál es su temor más grande?

Uno de mis mayores temores es morir sin haber terminado mi misión en la vida, antes de haber legado al mundo algo trascendente. No le temo a la muerte en sí, sino a no completar mi proyecto de vida.

Por otra parte, le pido a Dios poder gozar de buena salud para seguir haciendo mi labor sin impedimentos y con toda la fuerza y energía que demanda.

 

¿Cuál es su deseo más profundo?

Me propuse orientar a la Comunidad en la visión religiosa y mi verdadero deseo es ampliar la visión que tiene la gente acerca de nuestra Torá. La tradición es sumamente importante y también lo es utilizar la razón para comprender el sentido de nuestras leyes.

Deseo aportar conocimiento para no quedarnos en hacer las cosas porque “mi papá así las hacía” sin preguntarnos el origen y conectarnos con el sentido real, sin asimilar el concepto y ahondar en el racionamiento que tienen las mitzvot.

No es suficiente hacerlo porque mi papá así lo hacía… por supuesto que hay un valor en la tradición, sin embargo es necesario siempre investigar y analizar las bases en nuestras fuentes.

Mi objetivo ha sido siempre darle un sentido a los rituales y a las costumbres. Que la nueva generación – y también la no tan nueva – profundice y se conecte con la esencia de las cosas.

Mi aspiración es que, utilizando todos los medios tecnológicos y de comunicación que nos ofrece nuestra época, y el equipo increíble de rabinos empático y carismático con el que contamos, logremos transformar y elevar nuestro judaísmo a través del conocimiento.

Anhelo profundamente dejar como legado un judaísmo más fundamentado, equilibrado y real. Ese es mi verdadero deseo.

Estamos en el camino y vamos acercándonos al objetivo; espero en un futuro cercano cosechar los frutos de todo el esfuerzo y ver en la Comunidad un resultado notorio.

 

En 3 palabras, ¿cómo describiría su vida hasta este momento?

Satisfactoria

Exitosa

Retadora

 

¿Qué es lo que menos ha disfrutado de su trabajo?

Cuando entré a la Comunidad surgió la necesidad de atender el área de Kashrut y no había quién lo hiciera, así que tomé la responsabilidad. Fue muy duro, es un área complicada. Ha sido la etapa más desgastante de mi carrera.

 

¿Cuál es su visión y misión de vida?

Considero que hoy en día el judaísmo está atravesando una crisis muy fuerte; el mundo judío se está polarizando entre gente que se ha alejado mucho hasta el punto de la asimilación, y otra parte que se ha encerrado en un mundo ultraortodoxo que se mantiene aislado.

Claro que hay excepciones y hay gente que lleva un judaísmo equilibrado. Sin embargo, observo que existe esta polarización en el grueso de la población judía.

Y creo que la razón principal es que en algunos sectores se toma el judaísmo únicamente como un instructivo de rituales, poniendo casi toda la atención en cómo llevarlos a cabo en sus detalles más pequeños, y algunas veces descuidando la esencia y el sentido real detrás de cada ritual.

Claro que las formas son sumamente importantes: son el marco para llevar una vida judía. Pero considero que muchas veces se exagera a tal punto que se llegan a pisotear valores esenciales del judaísmo (como el respeto al prójimo, la armonía entre las personas, el cuidado del otro) por cuidar una forma que muchas veces, tristemente, carece de fundamento y contenido real.

Para ejemplificar esto, me gusta utilizar esta moraleja:

Vas a comprar un perfume. Tú pagas por el envase del perfume porque es primordial para poder llevarte el líquido, que es lo valioso. Hace la función de contener el perfume y es lo que le da sentido. Pero no deja de ser un medio. Sería una tontería comprar un envase de perfume vacío ¿o no?

Lo que quiero decir es que el envase, el ritual, tiene razón de ser y es imprescindible para mantener el contenido. ¡Pero muchas veces compramos el envase sin el contenido!

Y ese es el principal problema.

Hay prácticas que no tienen siquiera fundamento en las fuentes judías y les ponemos toda la atención, aunque eso implique violar preceptos y valores esenciales del judaísmo.

Esto, sin duda, provoca que exista un rechazo y un alejamiento de una gran parte del pueblo judío. Cuando se dan cuenta de ese absurdo y esa contradicción, buscan el sentido en otro lado abandonando sus raíces.

Y así es como yo creo que se genera esa polarización que me preocupa tanto.

Como Rabino principal de la Comunidad, puedo decirte que recibo cientos de llamadas con preguntas referentes a detalles de la Halajá, a ideas supersticiosas, a detalles minuciosos de las formas. Pero no me llaman para consultar cuál es la postura del judaísmo en temas de relaciones humanas, de lashon hará, la forma correcta de hacer transacciones comerciales, el cuidado de los sentimientos del otro…

En más de 30 años como Rabino, he recibido muy pocas preguntas de ese tipo ¡que son fundamentales en el judaísmo!

Se nos ha olvidado la esencia de nuestra identidad. Mi misión, sin duda, es regresar al origen y a un judaísmo más verdadero y humano donde la forma y la esencia adquieran la importancia que les corresponde.

La Torá nos dice: “No agregues y no quites”. El equilibrio es la medida en que Dios nos exhorta a comportarnos. Sin exagerar hacia un lado o hacia el otro.

Dedico mi esfuerzo a transmitir ese equilibrio, identificando todas las supersticiones, tradiciones y costumbres sin fundamento que nos alejan de un judaísmo maduro y verdadero, para erradicarlos de nuestra práctica intercambiándolos por los verdaderos valores de nuestra Torá.

Estoy seguro que si logramos eso, mucha gente más se identificará con el judaísmo y habrá un acercamiento importante a nuestra religión.

Y como máxima, el deseo de mi corazón es ser un eslabón entre las generaciones como trasmisor de conocimiento y amor a la Torá.

 

¿Cuál considera que es el “ideal religioso” para una Comunidad?

Una Comunidad debe llevar los valores de la religión que le impulsen a vivir en armonía con base en nuestras tradiciones, nuestra Torá, los valores humanos y al respeto mutuo. Esto se logra a través de una educación que busque el sentido real y fundamentado del objetivo de la Torá que es justamente ese: formar una sociedad justa, sensible, conectada, auténtica, consciente y responsable que esté en constante crecimiento.

 

En todos estos años ¿qué obstáculos ha tenido que enfrentar?

Mi puesto conlleva muchas responsabilidades, y para mí la principal es transmitir información verdadera y fundamentada siempre apegada a la Halajá.

Durante todos estos años me he topado con muchas supersticiones y reglas no fundamentadas o tergiversadas que están muy arraigadas en nuestra gente, y eso ha dificultado mi objetivo de orientar hacia el camino óptimo.

A la gente le cuesta mucho trabajo soltar costumbres y prácticas aunque no tengan fundamento alguno.

Aun así, considero mi obligación moral seguir informando y transmitiendo la verdad, aunque eso no resulte siempre fácil o muy popular.

Reconozco con emoción que, aunque ha tomado tiempo, la gente se ha mostrado abierta a conocer y aprender, a replantearse ideas y prácticas. Cada vez más personas estudian a profundidad y buscan respuestas que les hacen sentido y los conectan con la trascendencia. Hemos evolucionado juntos.

Mi labor la he hecho y la seguiré haciendo con honestidad y apegado a la veracidad de las leyes de nuestra Torá, por lo que tengo la intención de seguir llevándola siempre con integridad y fidelidad.

 

Por último, ¿qué frase o pasaje define su visión del judaísmo?

“Derajéa darjé noam vejol netibotea Shalom”

“Sus caminos – de Torá – son dulzura, y todos Sus senderos son de paz”

Proverbios 3.17