Din, minhag, costumbre o superstición en el duelo
INTRODUCCION AL TEMA DEL DUELO
Todos los reglamentos religiosos en torno al duelo que han sido dictados por nuestros jajamim se enfocan en el respeto a la persona que falleció. Sería un error pensar que estos reglamentos son como una penitencia para hacer sufrir más a los deudos, ya que suficiente dolor causa la pérdida de un familiar como para agregarle más. El reglamento sobre el duelo en el judaísmo tiene por objeto evitar el goce y el placer, para demostrar que no somos indiferentes ante la pérdida, ya que de lo contrario parecería una falta de respeto a la persona que nos dejó». Sin embargo, todo aquello que implica necesidad, salud o higiene, está fuera del reglamento ya que, ninguna de estas representa un placer.
1.- El sentarse en el suelo es…
DIN. Sentarse a cierto nivel o en el piso fue establecido porque en la antigüedad el usar sillón o silla era un signo de comodidad u opulencia, y para demostrar el respeto al difunto se prohibió sentarse en un lugar alto; además que sentarse en el piso representa humildad. Sin embargo, una persona mayor o alguna persona que lo requiera por salud o por otra necesidad importante puede hacerlo.
2.- Rasgar la ropa de los deudos es…
DIN. El concepto se encuentra en repetidas ocasiones a lo largo del Tanaj. Esto tiene dos motivos: el primero expresa el sentimiento que declara «una parte de mí se rasgó». Debido al hecho de que los hijos tienen una obligación específica de respeto hacia los padres, éstos se rasgan la camisa del lado izquierdo, frente al corazón, como diciendo «mi corazón se rasgó». La segunda razón es para desahogar la ira y la frustración por la pérdida, pero controladamente. Esto es porque la religión nos educa a balancear nuestros sentimientos: por un lado, no reprimirlos totalmente y por el otro, no perder el control, ya que esto podría llevar a dañar a otros o hacerse daño uno mismo, acciones que la Torá condena totalmente.
3.- El hecho de que los deudos coman pan y huevo al iniciar el luto es…
MINHAG. Se acostumbra que sea la «hebrá» quien da a los deudos la primera comida, transmitiéndoles en primer lugar que ellos deben de seguir viviendo, ya que el alimento es la condición básica de la supervivencia. En relación con el huevo, por su forma circular simboliza que todo en esta vida tiene un ciclo: nacer, crecer, reproducirse y morir a través de generaciones y generaciones. El hecho de que el huevo sea duro simboliza dos conceptos: el primera diferencia el hecho de que del huevo fresco puede haber vida posterior (por incubación), al contrario del huevo duro. El segundo concepto indica que se come el huevo duro porque su naturaleza es muy similar al espíritu judío. El huevo entre más se cose más se endurece (a diferencia de las demás comidas), así, el pueblo judío, a través de su historia, cuanto más ha sido presionado y agredido, cuanto más golpeado, más se ha fortalecido en su fe. Lo mismo sucede con el deudo que ha sido golpeado por una «pérdida» y en su dolor fortalece su fe.